viernes, 24 de enero de 2014

Evitar el desorden


Nuestra casa es un desastre, la ropa siempre anda por el suelo o encima de cualquier silla. Si tenemos que buscar algún papel, nunca conseguimos encontrarlo en las pilas que vamos acumulando. Si nuestro caso es éste, podemos decir que somos personas desordenadas. No es que sea un defecto muy grave, incluso a veces serlo un poco no va mal, pero, si analizamos las situaciones en las que nos vemos envueltos a causa de esta actitud, nos daremos cuenta de que la mayoría de ocasiones nos reporta más perjuicios que beneficios. El desorden, sobre todo, nos hace perder tiempo, algo muy precioso, y puede provocar errores que perjudiquen a otras personas. Evitarlo es muy fácil si se intentan seguir una serie de pautas.

CÓMO ACTUAR

  • Deja de acumular cosas inútiles a tu alrededor, que sólo harán aumentar el montón. ¿Para qué guardar objetos durante años si nunca se van a utilizar?
  • Procúrate un archivador para los documentos importantes y facturas. Rotula los nombres y, a medida que vayan llegando los papeles a tus manos, colócalos en su lugar.
  • Proponte hacer una limpieza periódica -cada dos o tres meses- de cajones, papeles, ropa y tira o rompe lo que no tengas que usar.
  • Aprende a utilizar una agenda. Anota allí los días de las citas y compromisos como cumpleaños o visitas al médico.
  • Apunta en una lista la compra, los regalos de Navidad, las gestiones a realizar al día siguiente, para no olvidarte de nada.

Si quieres cambiar tu actitud deberás esforzarte y tener voluntad. No puedes esperar que, de la noche a la mañana, te conviertas en una persona ordenada. Con un poco de paciencia y disciplina se puede cambiar.





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