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sábado, 28 de diciembre de 2013

Consigue que tus propósitos de año nuevo se hagan realidad

DETERMINAR LOS OBJETIVOS Y ESTABLECER UN PLAN, LA MEJOR ESTRATEGIA A SEGUIR


Para que este nuevo año sea mejor que el que acaba, no lo dejes en manos de la suerte. Decídete a actuar y tendrás más posibilidades de mejorar tu vida.


Suenan las 12 campanadas y brindamos por el nuevo año que empieza, 365 días en los que todo parece posible: aprender inglés, comer más sano, reciclarse en el trabajo, dejar de fumar, hacer deporte... Son proyectos que se formulan de forma sincera pero que, en muchas ocasiones, no se llegan a materializar. Para que este año puedas llevar a cabo con éxito todo lo que te propongas, es necesario elaborar un plan realista.

ESTABLECER METAS CLARAS

"Perdone, señor, ¿le importaría decirme qué camino debo tomar?, le preguntó Alicia a la oruga gigante. ¿Hacia donde vas?, le preguntó a su vez la oruga. No lo sé -respondió Alicia-. En tal caso -le contestó la oruga-, no importa el camino a tomar". Este diálogo, extraído de la obra maestra Lewis Carroll "Alicia en el país de las maravillas", ilustra muy bien la necesidad de concretar nuestros objetivos para que, de esta manera, podamos seguir el camino más directo hacia ellos.

De esta manera, en lugar de limitarnos a decir "este año voy a estudiar inglés", es mejor que especifiquemos más. Se trata de pensar no sólo en lo que haremos, sino también cómo, cuándo, dónde, etc. De esta manera no sólo estableceremos una meta, sino también la ruta que debemos seguir para llegar hacia ella.

EL MEJOR CAMINO HACIA TUS DESEOS

No basta con tomar una decisión. Ese es tan sólo el primer paso. Tienes por delante una larga trayectoria hasta llegar a tu objetivo. Para que te resulte más fácil, sigue los siguientes consejos:

-Motívate.- Muchos de los propósitos no se cumplen por falta de convencimiento. Si realmente quieres llevar a cabo tus planes, trata de auto motivarte pensando en las consecuencias positivas de tu decisión ("si dejo de fumar, me encontraré mejor y ahorraré").
-Trata de ser más realista.- Si nos marcamos objetivos muy ambiciosos ("quiero hacerme rico montando un negocio"), el riesgo de desanimarte antes de tiempo será alto. Si realmente este es tu deseo, es mejor que te marques metas más modestas y vayas ampliando tus miras a medida que avances. Como decía el filósofo chino Lao Tsé: "Un viaje de mil millas comienza con un paso".
-Sé perseverante.- Tomar una decisión es fácil pero llevarla a cabo exige tiempo y esfuerzo. No te desanimes ante el primer contratiempo y pon toda la carne en el asador para conseguir tus objetivos. "La gota horada la piedra, no por su fuerza, sino por su constancia", decía Ovidio.
-Busca apoyos.- A la hora de emprender un camino que se prevé largo, es mejor si se hace acompañado. Encontrar a alguien con los mismos intereses que tú te ayudará a sentirte más motivado ya que, cuando tu voluntad flaquee, siempre tendrás la de tu compañero para compensarlo.
-No lo postergues indefinidamente.- Una vez hayas tomado la decisión y cuentes con todo lo necesario para llevarla hacia delante, no valen excusas. Es el momento de actuar.

QUÉ HACER PARA NO OLVIDARLOS

Hay una serie de técnicas infalibles que te ayudarán a tener presentes los buenos propósitos durante todo el año:

-Ponlos por escrito.- En algunos países, los deseos para el año nuevo se apuntan en un papel pues creen que así hay más posibilidades de que se cumplan. Se trata de una costumbre muy eficaz ya que, de esta manera, nos comprometemos más con ellos.
-Díselos a alguien.- También es recomendable verbalizarlos explicándoselos a una persona de confianza.
-Recuérdalos.- Cada semana o 15 días, dedica un día a valorar el proceso en el que se encuentran.

¿QUÉ TIPO DE "EMPRENDEDOR" CREES QUE ERES?

Todos tenemos nuestros propósitos en la vida, pero no actuamos de la misma manera para conseguirlos. Para lograr el éxito más fácilmente, es necesario saber cuáles son tus puntos flacos y saber superarlos.

-EL SOÑADOR.- Creativo y sensible, eres una fuente inagotable de ideas. El problema es que, a pesar de tu actitud apasionada y entusiasta, casi nunca logras que se hagan realidad.

CONSEJO: Quédate únicamente con los planes que te parezcan más realistas y asequibles y desestima el resto. Establece una estrategia a seguir y comprométete contigo mismo a lograr tus objetivos.

-EL PERFECCIONISTA.-Le das tantas vueltas a las cosas y las analizas tan detenidamente que, al final, consigues la mitad de lo que te habías propuesto.

CONSEJO: Deja de esperar a que las circunstancias cambien por sí solas ("dejaré de fumar cuando no esté tan estresado /a en el trabajo") y decídete a actuar de una vez por todas.

-EL REALISTA.- Tienes los pies sobre la tierra y no te comprometes a nada que sabes que no podrás llevar a cabo. Una vez has tomado la decisión, trabajas a fondo para que tus buenos propósitos se hagan realidad.

CONSEJO: Es la actitud perfecta para conseguir todo lo que te propongas. En ocasiones, sin embargo, valdría la pena que fueras más fantasioso/a y tratarás de lograr proyectos más ambiciosos.

-EL INSATISFECHO.- Tu vida es una búsqueda continua de la felicidad. A pesar de que sueles llevar adelante gran parte de tus objetivos, nunca te parece suficiente.
CONSEJO: De vez en cuando, no estaría de más que reflexionaras sobre todo lo que llevas conseguido hasta ahora. Te sentirás mucho más feliz y realizado/a.


martes, 13 de noviembre de 2012

Consigue tus metas con perseverancia


Trabajar con tesón y no desmoralizarse ante los fracasos, la clave para triunfar


“Quien la sigue la consigue”, dice el refrán. A la hora de alcanzar nuestros objetivos, la constancia es tanto o más importante que la capacidad y el talento.

Michael Jordan fue expulsado del equipo de baloncesto de su escuela porque el entrenador creyó que no tenía suficientes cualidades; la Universidad de Berna rechazó la tesis doctoral de Albert Einstein por considerarla “irrelevante y fantasiosa”; Woody Allen no logró graduarse en la Universidad de Nueva York por suspender, entre otras, la asignatura de producción cinematográfica… Si cualquiera de estos personajes hubiera desistido en su empeño ante estos primeros fracasos, la humanidad se hubiera perdido su enorme talento.

La fuerza de la insistencia

Y es que, a la hora de conseguir el éxito, no basta únicamente con tener cualidades. Es necesario saber hacia dónde vamos y, sobre todo, tener la constancia necesaria para no arrojar la toalla a mitad del camino, sean cuales sean las circunstancias. Un ejemplo de perseverancia, el inventor Thomas Alba Edison, decía: “Muchos de los fracasos de la vida son de personas que no se dieron cuenta de lo cerca que estaban del éxito cuando se dieron por vencidos”. Se trata, por lo tanto, de mantenerse firmes en un propósito y esforzarse para continuar con lo empezado, a pesar de los fracasos y las adversidades. “Cuando me preguntan el decreto de mi éxito –decía el periodista americano Paul Harvey- siempre digo lo mismo: levantarme cada vez que me caigo”.


APPLE Y COCACOLA, ÉXITO TRAS LOS FRACASOS


Cuando se lucha por un objetivo, lo más probable es que no se alcance el éxito a las primeras de cambio. Muchas empresas iniciaron su andadura con grandes fracasos. Cocacola, por ejemplo, vendió únicamente 400 botellas durante su primer año. La empresa de informática Apple sólo logró colocar 175 unidades de su primer modelo de Mac, el Apple I, ya que los potenciales clientes lo consideraron poco competitivo. En lugar de cerrar el negocio, estos emprendedores lograron aprender de sus fracasos y, con paciencia, ir mejorando sus productos hasta hacerlos 100% competitivos. Si aprovechas los obstáculos para variar tu trayectoria y mejorar tu capacidad, tienes todas las de ganar.


Cómo hacerlo

La perseverancia no es otra cosa que esforzarse de forma continuada. Iniciar un proyecto es fácil y agradable pero, a medida que vamos avanzando, el camino se vuelve tortuoso, por lo que es necesario grandes dosis de tesón y disciplina para poder continuar.

  • Dosifica tu esfuerzo. De nada sirve empezar con la fuerza de un caballo de carreras si nos rendimos ante el primer obstáculo. “No importa lo lento que vayas –decía Confucio- lo importante es que nunca te detengas”. Para ello, no está de más recordar la famosa fábula de Esopo “La tortuga y la liebre”.
  • Enfréntate a los retos sin miedo. Cuando surjan dificultades, mantén la calma y trata de ser positivo/a. Si te desmoralizas antes de tiempo, perderás energía y entusiasmo.
  • Confía en ti mismo/a. Si estás seguro de tus capacidades y de la viabilidad de tu proyecto, será mucho más fácil superar los problemas que se vayan presentando en tu camino. “El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe a dónde va”, decía el autor de “El Principito”, Antoine de Saint-Exupéry.
  • Busca alternativas cuando aparezca un obstáculo insalvable. Puede que llegue un momento en el que encuentres una puerta cerrada. En lugar de darte de cabeza contra ella una y otra vez, es mejor que cambies de estrategia y trates de hacer las cosas de forma diferente.
  • Mantente informado/a. Cuando el proyecto es largo y ambicioso, existe el peligro de aburrirse o desmoralizarse antes de tiempo. Para evitarlo, una buena idea es establecer pequeñas metas. Cada vez que logres una de ellas, lograrás renovar el entusiasmo.
  • Piensa en los resultados. No hay mayor satisfacción en la vida que conseguir aquello por lo que has luchado duramente. Cuando llegues al final de tu camino, te darás cuenta de que todo el sacrificio habrá valido la pena.


TALENTO MÁS CONSTANCIA IGUAL A ÉXITO

Los hombres no se diferencian mucho en cuanto a intelecto –decía el naturalista Charles Darwin-, sólo en ahínco y trabajo duro”. Prepararse a fondo, superar los obstáculos, no desmoralizarse ante el fracaso, ser flexibles, abrirse a los demás… son estrategias que nos ayudarán a conseguir nuestro objetivo.

  • LA BAILARINA INSEGURA. Una joven bailarina aprovechó la visita de un importante coreógrafo para bailar ante él y preguntarle si tenía talento. A los dos minutos de haber iniciado su baile, el coreógrafo le dijo que parara. “Ya es suficiente –le dijo-, no tiene usted las cualidades necesarias para triunfar, es mejor que se dedique a otra cosa”. La joven se desmoralizó tanto que dejó el baile de forma definitiva. Cuando, algunos años después, volvió a coincidir con el coreógrafo, le pregunto cómo había sido capaz de valorar su talento en tan sólo dos minutos. “Ni siquiera le vi bailar –le contestó-, pero si se desmoralizó tan pronto, seguro que nunca hubiera podido lograr su objetivo, por muy buena bailarina que fuera. Le faltaba lo más importante, más importante aún que el talento: el tesón”.