En ocasiones, el sexo no funciona como debiera porque, como suele decirse, "tenemos la cabeza en otro sitio". El estrés y las preocupaciones no nos permiten concentrarnos en nuestras propias sensaciones, haciendo que el deseo decaiga y no obtengamos la satisfacción esperada.
Para disfrutar de nuestro cuerpo, es conveniente desconectar previamente nuestro cerebro. Si estamos pensando en poner la lavadora o en ese informe que debemos preparar, es muy difícil atender a la llamada del deseo. Es necesario, por lo tanto, relajarse y dejarse llevar.
Para ello, es conveniente que, al menos durante el tiempo que duren tus relaciones sexuales, estés lo más entregado/a posible. Si te asalta algún pensamiento inconveniente, en lugar de darle vueltas, frénalo en seco desde el primer momento. Se trata simplemente de expulsarlo de tu mente, concentrándote en lo que realmente importa: dejar que te dominen tus sensaciones.
Si estás demasiado estresado/a o preocupado/a para poder concentrarte, establece un ritual para desconectar. Un baño en pareja, un masaje relajante..., cualquier método es bueno para prepararse para el amor.
Y, por último. No postergues el sexo al último lugar de la lista. Disfrutar de tu cuerpo es tan o más importante que muchas de tus tareas diarias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario