La espontaneidad nos hace sentir mejor
El dolor, el enfado, el disgusto o la culpa pueden convertirse en obstáculos que dificultan el libre fluir de ideas sentimientos y emociones, y también nuestra relación con los demás. Desahogar es un proceso curativo natural que podemos fomentar: llorar, reír, hablar, temblar, sudar, estirarse, patalear, rugir... son formas naturales de curación que liberan tensiones y frustraciones, disipan tristezas y temores y disuelven la rabia. En nuestra sociedad predomina la represión y la contención y resulta difícil recuperar la espontaneidad natural. Se mira con malos ojos a los niños que lloran, alborotan o se expresan con desinhibición. Soltarnos y ayudar a los demás a hacerlo beneficiará nuestras relaciones, y posibilitará una sociedad más sana y libre.
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