jueves, 18 de mayo de 2017

Cromoterapia: la energía a través de la luz y el color


El entorno y los ambientes en los que nos movemos influyen sobre nuestro organismo y sobre nuestra mente mucho más de lo que imaginamos. Los colores que nos rodean, por ejemplo, pueden incluso llegar a determinar nuestro estado de ánimo. Algunos especialistas los utilizan como terapia.


La Cromoterapia es la utilización terapéutica de los colores, es decir, se trata de una terapia que aprovecha el influjo que sobre nosotros ejerce un determinado colorido para llegar así a la curación.

"Los colores y la luz ―concreta José Esteban Malo, psicólogo, pedagogo y experto en Cromoterapiaemiten unas radiaciones concretas que el cuerpo humano es capaz de asimilar y esa asimilación sirve para encontrar de nuevo el equilibrio energético".

Como otras terapias holísticas, la Cromoterapia considera al ser humano como un todo y a la enfermedad como un desequilibrio interno, una desconexión entre lo físico, lo psíquico y lo espiritual. Cuerpo y mente van unidas y son inseparables, por lo tanto a la hora de tratar una dolencia, sea del tipo que sea, se actúa sobre lo físico pero también, y simultáneamente, sobre lo psíquico.

EL INFLUJO DEL COLOR
Basta pararse a pensar unos minutos para darse cuenta de que los colores están muy presentes en nuestra vida e influyen incluso en nuestra forma de existir. ¿Alguien se imagina un mundo en blanco y negro? "Habitualmente ―añade José Esteban Malolos utilizamos sin darnos cuenta. Un día decidimos, por ejemplo, ponernos un determinado vestido que lleva guardado meses en el armario y lo sacamos no por puro azar, sino porque intuitivamente pensamos que ese color es el más acorde con el estado de ánimo que nos invade ese día o por las situaciones que deberemos afrontar".
Pero no sólo eso, la medicina tradicional también hace un uso directo de los colores. Diversos estudios han demostrado que las pastillas tienen menor o mayor fiabilidad según el color que posean. Así, los fármacos rojos o negros tienen una mayor eficacia curativa a ojo de los pacientes, y se suele pensar que con los blancos no se obtienen tantos beneficios.

A otro nivel, más directo, la utilización terapéutica ―curativa― de los colores busca desbloquear y armonizar el interior del individuo en cuestión.

Las dolencias tratadas con la cromoterapia son muy variadas y van desde las que se incluyen en el apartado de trastornos psíquicos como la depresión, el estrés o las fobias, hasta la propiamente físicas como el asma, la ciática, los procesos dolorosos, la impotencia o el exceso de peso.

Dependiendo del mal que se precisa curar, el terapeuta empleará un color determinado:

-EL ROJO, para activar el sistema inmune y elevar el contenido de glucosa en la sangre. Este color mejora la pérdida de concentración, la tensión baja o la debilidad.

-EL AZUL, para superar los estados de angustia, el insomnio, la ciática, las afecciones del corazón, los dolores de vientre, de espalda, de oído, la hipertensión o el exceso de peso.

-EL VERDE, para aportar armonía y equilibrio, además de ejercer efectos tranquilizantes sobre el sistema nervioso. Se emplea para trazar afecciones nerviosas, inflamaciones de las articulaciones y los catarros.

-EL BLANCO ayuda a combatir la depresión en épocas de frío.

-CON LA LUZ ANARANJADA se pueden superar estados anoréxicos, las depresiones y los problemas de la vejiga, de riñones, del aparato digestivo o del urinario; con la luz VIOLETA, el asma y otras afecciones bronquiales, además de influir en las zonas del cerebro, columna vertebral y piel; con el AMARILLO ―que tiene un efecto limpiador y purificador― se eliminan toxinas, ayuda a calmar la tos y mejora el estreñimiento.

De la aplicación de la cromoterapia no se derivan efectos secundarios de importancia, pero sí hay que tener en cuenta que el abuso o el uso inadecuado de algunos colores o tonos puede crear un efecto contrario al deseado. El empleo del color rojo, por ejemplo, no es conveniente si existe alguna inflamación, porque ésta podría aumentar. La sobreestimulación o la irritabilidad son otras de las consecuencias posibles. Por ello la exposición a determinadas gamas de color debe estar supervisada por alguien entendido en la materia.

En el campo de la psiquiatría, la Cromoterapia puede resultar una terapéutica sensorial muy adecuada para desvelar temores, fobias, traumas o sensaciones y deseos ocultos.

Pero en muchas ocasiones la Cromoterapia no se emplea como terapia única, sino que sirve de complemento a otras técnicas curativas , alternativas o no. Sus seguidores aseguran que, en esos casos, los colores pueden acelerar los procesos de curación.



SER RECEPTIVO
En una sesión de Cromoterapia, el terapeuta tratará de localizar los llamados "chakras" o centros de energía del paciente que han sufrido un desequilibrio. Una vez identificados, dirigirá sobre ellos la tonalidad que considere más apropiada para mejorar la dolencia.

Como suele ocurrir con cualquier terapia curativa, y también sucede con la medicina tradicional, no todas las personas son receptivas en un inicio y no todos los pacientes que se someten a ellas tardan lo mismo en notar los beneficios. "Por supuesto es mucho mejor que la persona crea en lo que se le está haciendo ―comenta José Esteban Malo―, porque así los resultados se obtienen en un plazo de tiempo más corto". Uno de los sectores más sensibles a los efectos de la terapia del color es el de los niños. Este entendido explica que "ellos son mucho más receptivos que las personas adultas y por eso la terapia funciona de manera más rápida. La explicación es que los niños no están influidos por comentarios o experiencias ajenas y no muestran ningún tipo de reparo a la hora de participar en una sesión".

TU CASA, DE MIL COLORES
A la hora de decorar la casa hay que tener presente la utilidad que vas a dar a cada una de las estancias:
  • En la sala de estar, lugar de reunión por antonomasia, deberás poner colores cálidos, que facilitan las relaciones sociales.
  • Las paredes del comedor pueden ser de color blanco, rosa o melocotón, que estimulan el apetito.
  • En el cuarto de baño pueden predominar los colores más fuertes, porque el tiempo que permanecemos en él no suele ser muy prolongado.
  • En tu dormitorio puedes emplear el negro ―si te atreves, también para las paredes―, que, según todos los estudios, es el color más excitante. La combinación blanco-negro puede ser una solución alternativa menos extrema.
  • Si la estancia está destinada al estudio o es un despacho, te conviene pintar las paredes de amarillo, porque estimula y ayuda a aumentar la capacidad de concentración.


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