Trabajar con tesón y no desmoralizarse ante los fracasos, la clave para triunfar
“Quien la sigue la consigue”, dice el refrán. A la hora de alcanzar nuestros objetivos, la constancia es tanto o más importante que la capacidad y el talento.
Michael Jordan fue expulsado del equipo de baloncesto de su escuela porque el entrenador creyó que no tenía suficientes cualidades; la Universidad de Berna rechazó la tesis doctoral de Albert Einstein por considerarla “irrelevante y fantasiosa”; Woody Allen no logró graduarse en la Universidad de Nueva York por suspender, entre otras, la asignatura de producción cinematográfica… Si cualquiera de estos personajes hubiera desistido en su empeño ante estos primeros fracasos, la humanidad se hubiera perdido su enorme talento.
La fuerza de la insistencia
Y es que, a la hora de conseguir el éxito, no basta únicamente con tener cualidades. Es necesario saber hacia dónde vamos y, sobre todo, tener la constancia necesaria para no arrojar la toalla a mitad del camino, sean cuales sean las circunstancias. Un ejemplo de perseverancia, el inventor Thomas Alba Edison, decía: “Muchos de los fracasos de la vida son de personas que no se dieron cuenta de lo cerca que estaban del éxito cuando se dieron por vencidos”. Se trata, por lo tanto, de mantenerse firmes en un propósito y esforzarse para continuar con lo empezado, a pesar de los fracasos y las adversidades. “Cuando me preguntan el decreto de mi éxito –decía el periodista americano Paul Harvey- siempre digo lo mismo: levantarme cada vez que me caigo”.
APPLE Y COCACOLA, ÉXITO TRAS LOS FRACASOSCuando se lucha por un objetivo, lo más probable es que no se alcance el éxito a las primeras de cambio. Muchas empresas iniciaron su andadura con grandes fracasos. Cocacola, por ejemplo, vendió únicamente 400 botellas durante su primer año. La empresa de informática Apple sólo logró colocar 175 unidades de su primer modelo de Mac, el Apple I, ya que los potenciales clientes lo consideraron poco competitivo. En lugar de cerrar el negocio, estos emprendedores lograron aprender de sus fracasos y, con paciencia, ir mejorando sus productos hasta hacerlos 100% competitivos. Si aprovechas los obstáculos para variar tu trayectoria y mejorar tu capacidad, tienes todas las de ganar. |
Cómo hacerlo
La perseverancia no es otra cosa que esforzarse de forma continuada. Iniciar un proyecto es fácil y agradable pero, a medida que vamos avanzando, el camino se vuelve tortuoso, por lo que es necesario grandes dosis de tesón y disciplina para poder continuar.
- Dosifica tu
esfuerzo. De
nada sirve empezar con la fuerza de un caballo de carreras si nos rendimos
ante el primer obstáculo. “No
importa lo lento que vayas –decía Confucio- lo importante es que nunca te detengas”. Para ello, no está de
más recordar la famosa fábula de Esopo “La tortuga y la liebre”.
- Enfréntate a
los retos sin miedo. Cuando surjan dificultades, mantén la calma y
trata de ser positivo/a. Si te desmoralizas antes de tiempo, perderás
energía y entusiasmo.
- Confía en ti
mismo/a.
Si estás seguro de tus capacidades y de la viabilidad de tu proyecto, será
mucho más fácil superar los problemas que se vayan presentando en tu
camino. “El mundo entero se aparta
cuando ve pasar a un hombre que sabe a dónde va”, decía el autor de “El
Principito”, Antoine de Saint-Exupéry.
- Busca
alternativas cuando aparezca un obstáculo insalvable. Puede que
llegue un momento en el que encuentres una puerta cerrada. En lugar de
darte de cabeza contra ella una y otra vez, es mejor que cambies de
estrategia y trates de hacer las cosas de forma diferente.
- Mantente
informado/a.
Cuando el proyecto es largo y ambicioso, existe el peligro de aburrirse o
desmoralizarse antes de tiempo. Para evitarlo, una buena idea es
establecer pequeñas metas. Cada vez que logres una de ellas, lograrás
renovar el entusiasmo.
- Piensa en los
resultados.
No hay mayor satisfacción en la vida que conseguir aquello por lo que has
luchado duramente. Cuando llegues al final de tu camino, te darás cuenta
de que todo el sacrificio habrá valido la pena.
TALENTO MÁS CONSTANCIA IGUAL A ÉXITO“Los hombres no se diferencian mucho en cuanto a intelecto –decía el naturalista Charles Darwin-, sólo en ahínco y trabajo duro”. Prepararse a fondo, superar los obstáculos, no desmoralizarse ante el fracaso, ser flexibles, abrirse a los demás… son estrategias que nos ayudarán a conseguir nuestro objetivo.
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