Los amantes que se ven obligados a vivir separados mantienen la pasión como el primer día pero, en contrapartida, corren un peligro mayor de sufrir problemas como la inseguridad o los celos. Para que este tipo de relaciones lleguen a buen puerto, es necesario tener en cuenta alguna cuestiones.
Trata de no idealizar a tu pareja. Al no sufrir el desgaste de la convivencia, es posible que se vea al otro como un dechado de virtudes y no como el ser humano que es realmente. Intenta no adornar la figura de el/la amado/a con rasgos que únicamente existen en tu fantasía. De esta manera evitarás que te lleves una decepción cuando la convivencia sea una realidad.
Procura tener el mayor contacto posible. Las nuevas tecnologías (redes sociales, skype, mensajes de móvil, etc.) son una gran ayuda para mantener una relación lo más estrecha y normal posible.
No te obsesiones. Apostarlo todo a tu amor en la distancia puede causarte un gran vacío y tristeza. Intenta enriquecer tu vida con otras actividades que te permitan distraerte y cultivarte como persona.
Ten confianza en tu pareja. No receles de sus amistades ni trates de controlar la forma en la que se organiza la vida. Recuerda que tiene tanto derecho como tú a desarrollarse como persona.