Hoy en día no es fácil tener alguien con quien viajar. Si las vacaciones no coinciden con las de tu pareja, o si no la tienes, es complicado coincidir en fechas con amigos que a su vez no dediquen todas sus vacaciones a su pareja o familia.
- No estamos acostumbrados a que, pese a tener pareja, podamos viajar con amigos o hacerlo solos. Pero no solo es posible, sino también muy enriquecedor, ya que es una experiencia muy enriquecedora.
- Viajar solo produce miedo por varias razones: el principal temor que manifiestan las personas es no soportar la soledad, el no tener a nadie más que a uno mismo con quien compartir los avatares y descubrimientos del viaje. En segundo lugar, está el miedo a que nos pase algo malo por la invulnerabilidad del que está solo.
- Eligiendo bien el destino y comportándonos de forma prudente, no tiene por qué haber mayor peligro. Es bueno informarnos bien sobre los lugares a los que queremos ir para evitar sorpresas desagradables.
- Es importante olvidarnos de la vergüenza que puede producirnos, por ejemplo, comer solo en restaurantes.
- Viajar solo nos aporta enriquecimiento personal, adquisición de una mayor fortaleza, capacidad de improvisar y la posibilidad de conocer a más personas.
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