Obsesionarse con conseguir un cuerpo perfecto puede generarnos grandes dosis de ansiedad y frustración. Para evitarlo, es conveniente hacer las paces con nuestro físico y aceptarlo tal cual.
- Tenemos aprehendidos una serie de estereotipos que, por regla general, no tienen nada que ver con la forma natural del cuerpo: delgadez extrema en las mujeres, físico musculoso en los hombres... obsesionarse con conseguir estas características, además de ser una misión imposible, puede generarnos frustración.
- Si no estamos satisfechos con nuestro aspecto físico, puede ser por dos razones: O bien no le concedemos a nuestro cuerpo los cuidados que necesita o somos demasiado exigentes con nosotros mismos.
- En el primero de los casos, basta con que nos esforcemos en mimarnos un poco. Una visita a la peluquería, hacer algo de ejercicio, compramos ropa nueva, puede hacer que nos sintamos más a gusto con nosotros mismos.
- Si el problema es el exceso de exigencia, será necesario aprender a aceptar nuestras imperfecciones. Se trata de un excelente ejercicio que nos ayudará a ser más maduros.
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