viernes, 15 de junio de 2012

Decálogo contra la tristeza



La mejor forma de prevenir la depresión es desarrollar un estilo de vida que fomente la esperanza. Todos podemos conseguirlo cultivando en nuestro día a día las actitudes adecuadas.


La auténtica felicidad no es un  estado perfecto y permanente, sino un balance existencial positivo. Los altibajos, frustraciones, dificultades, sinsabores o errores son inevitables y, en la mejor de las vidas, todo eso asoma en distintas dosis. En nuestra mano está el saber encauzar esos fracasos y verlos como experiencias de las que se pueden extraer enseñanzas.

Bajo esta premisa, a continuación se ofrece un decálogo contra la tristeza, una especie de guía, un manual de instrucciones para evitar ese laberinto tenebroso de pensamientos negativos que conducen a un túnel de difícil salida.

1 LA FELICIDAD COMO PROYECTO

La felicidad es el objeto de la existencia humana. La vivencia de la felicidad es siempre perfectible. Se trata de un proceso que exige orden, constancia, voluntad y motivación. Esos cuatro ingredientes son los que habitan en la llamada inteligencia instrumental. Se minimizan los fracasos y se valora cualquier logro, por pequeño que sea. La felicidad absoluta no existe, hay que aspirar a una felicidad razonable.

2 PONLE HUMOR A TU VIDA

El sentido del humor es patrimonio de las personas con buena salud mental. Es un componente clave de la actitud positiva, es la salsa que adereza día a día las adversidades y reveses del destino.

3 CONÓCETE A TI MISMO

Conocerse implica ser consciente de las aptitudes y de las limitaciones. Ambas apuntan hacia la consecución de un mejor equilibrio psicológico. Ser maduro en este sentido es un gran antídoto contra la depresión.

4 CUIDA TU LENGUAJE INTERIOR

Gracias a la psicología cognitiva sabemos que cada uno de nosotros mantiene una especie de monólogo interior privado que acompaña a los pensamientos y las acciones. Es necesario aprender a mandarse a uno mismo mensajes positivos. Por ejemplo, ante situaciones adversas y momentos duros, podemos decirnos: “Ánimo, que puedes superar esto si te lo propones…”.

5 FORTALECE LA VOLUNTAD

La voluntad es la capacidad para hacer algo valioso pero que, de entrada, se hace difícil. Es la capacidad para aplazar la recompensa. Si hay una voluntad recia, aparece la lucidez del perdedor, que consiste en volver a empezar y poner de nuevo sobre la mesa los propósitos a alcanzar.

6 SUPERA LAS CRISIS DE LA VIDA

Para superar cualquier crisis que llame a nuestra puerta necesitamos comprendernos a nosotros mismos, tener capacidad para rectificar, perdonarnos y saber que el tiempo cura casi todas las heridas.

7 LA CONCEPCIÓN DEL TIEMPO

Es importante que, en nuestra vida, pasado, presente y futuro formen una ecuación sana, equilibrada y armónica. Una persona madura es aquella que vive instalada en el presente, tiene asumido y superado el pasado, con todo lo que eso significa, y vive abierta hacia el provenir.

8 APÓYATE EN TU ENTORNO

Todos necesitamos la ayuda y la comprensión de los demás, especialmente de la familia y las amistades. La familia debe ser el recinto privado en donde se aprende a amar y donde mejor comprendido se siente uno. Hay que trabajar para que sea así. Cada uno es como un bumerán: lo que siembra en nosotros, eso es lo que se recoge. Ése es también el valor de la amistad: donación, confidencia y complementariedad.

9 APRENDE A PEDIR AYUDA

En la vida es esencial saber pedir ayuda cuando se necesita y, en lo emocional, el psiquiatra y el psicólogo suelen ser las personas más preparadas para orientarnos. Hay que tener presente que en las depresiones endógenas la medicación es lo esencial; en las depresiones reactivas, la psicoterapia es la que lleva la voz cantante. Y siempre hay que seguir las pautas diseñadas por el psiquiatra: tomar la medicación prescrita, cumplir las directrices apuntadas, hacer los análisis propuestos, no dejar la medicación por voluntad propia ni automedicarse.

10 BUSCA EL SENTIDO DE TU VIDA

Es necesario descubrir qué es la vida, en qué consiste, para qué vivimos. Y sentido quiere decir tres cosas: dirección, contenido y estructura. La dirección es vislumbrar hacia dónde vamos, de dónde venimos, lo cual nos permitirá tanto sacarle el máximo partido a cada jornada como descubrir una visión larga en lo que hacemos. Por contenido, se entiende cuidar de la calidad del amor, del trabajo, de la cultura, de la amistad… los platos fuertes del banquete de la vida. Y la estructura nos pide que exista dentro de nosotros el menor número de contradicciones, que busquemos la coherencia de la vida, en fin, que entre teoría y práctica haya una relación lo más equilibrada posible.


Dr. ENRIQUE ROJAS
Catedrático de Psiquiatría
Y Psicología Médica y
Presidente de Alianza para la Depresión

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